#RaúlPorSiempre: Cuba utiliza cooperantes médicos en Venezuela para manipular tendencias en Twitter

• Publicaciones de cuentas de cooperantes médicos y de otras misiones cubanas en Venezuela aportan evidencias de que este personal recibe órdenes por canales internos, como chats de WhatsApp, para impulsar artificialmente tendencias oficialistas.

 

 

• Para vigilar y fiscalizar la participación en estas campañas, la Misión Médica Cubana en Venezuela usa una herramienta que vale $9.600 dólares al año (mínimo) y viola los términos de uso de la misma, que prohíbe emplear sus servicios para vigilar a individuos y a grupos de personas.

 

La participación de cooperantes cubanos en Venezuela en un tuitazo por el cumpleaños 91 de Raúl Castro el 3 de junio de 2022, y las semejanzas de sus publicaciones con una orden que circuló internamente en los días previos a la acción, aporta nuevas evidencias de cómo Cuba utiliza a estos profesionales para posicionar tendencias en redes sociales artificialmente.

Uno de los médicos que recibió por WhatsApp las instrucciones de qué debía hacer ese día en el tuitazo convocado filtró los mensajes reenviándolos a un colega, al Dr. Miguel Ángel Ruano, residente en Colombia e integrante de la Junta Directiva de la organización Gremio Médico Cubano Libre, quien a su vez socializó la captura de pantalla y comentó su contenido en una publicación en su muro de Facebook el 1ro de junio (dos días antes de la ciber-celebración).

 

El texto de los mensajes contenía indicaciones sobre qué debían publicar. Subrayaba la necesidad de participar “con gran intensidad” en “la intensa jornada” prevista para el viernes 3 de junio –mal identificado como “sábado”, aunque sería viernes– para “celebrar el 91 cumpleaños del General de Ejército Raúl Castro Ruz”.

 

El hashtag principal, específico para la ocasión, sería #RaúlPorSiempre acompañado de otros de corte más atemporal, como #CubaPorLaVida –de uso habitual en campañas y cuentas del sector de la Salud Pública cubana– y #CubaCoopera, una de las etiquetas recurrentes desde 2014 en campañas de y sobre las misiones médicas cubanas en el exterior. Se orientaba además etiquetar a la cuenta oficial de Twitter de la Misión Médica Cubana en Venezuela: @cubacooperaven.

La intensidad de la intensa jornada

El día del tuitazo las cuentas vinculadas a la misión médica mostraron un comportamiento muy similar al de las órdenes del mensaje filtrado. De hecho, comenzaron a hacerlo desde días antes. En la madrugada del lunes 30 de mayo, la etiqueta #RaúlPorSiempre –que no se usaba en Twitter desde el 17 de mayo–, reapareció en la cuenta de un usuario no identificado, y ese mismo día por la tarde fue retomada en una convocatoria hecha por un colaborador de la Misión Médica Cubana en Venezuela. 

 

De unas pocas decenas de tuits entre lunes y martes, la etiqueta siguió tomando fuerza a un par de cientos a partir del miércoles 1ro de junio (el día en que se filtró la orden), hasta llegar el viernes ciberfestivo a cerca de 29 mil tuits, de los cuales unos 10 mil cumplían al pie de la letra las órdenes de WhatsApp.

 

El usuario más prolífico de la campaña con más de 300 tuits, @osmanyCuba, fijó un tuit en su perfil el 2 de junio que hacía referencia al cumpleaños de Raúl Castro en redes sociales como “una intensa jornada” e incluía las etiquetas #RaulEsRaul, #RaulPorSiempre, #CubaPorLaVida y #DeZurdaTeam. La cuenta pertenece a Osmany Potrille Bello, un licenciado en Optometría y Óptica de Guantánamo, según su perfil en Linkedin, que desde al menos 2013 ha prestado servicios en Venezuela. 

 

Otras cuentas muy activas fueron @Alexandercr1976 (Misión Deportiva Cubana Brigada Mambises del Zulia) con 277,  @Yaimara70024775 con 255, y las cuentas pertenecientes a Centros de Diagnósticos Integrales (CDI), unidades de salud creadas dentro del programa Barrio Adentro II, que surgió en el 2005, y de los que actualmente existen unos 572 en Venezuela.

 

“…y etiquetar a @CubaCooperaVen”

Entre esas cuentas llama la atención la del CDI “Raúl Masa”, ubicado en el estado Delta Amacuro, que en 56 de los 248 tuits que publicó, parece haber copiado la información de alguna orden que concluía indicando “y etiquetar a @CubaCooperaVe”. El día anterior, el 31 de mayo, este CDI acababa de ser inaugurado como escuela para la formación de cuadros. 

Similitudes entre los mensajes filtrados (izq) y el primer tuit de la cuenta del CDI Raúl Masa (der) donde parecen haber olvidado borrar parte de las instrucciones.

Comunidades participantes

La etiqueta #RaúlPorSiempre fue impulsada de forma conjunta por varias comunidades de cuentas, principalmente por usuarios relacionados con la Misión Médica Cubana en Venezuela (@CubaCooperaVen), y por cuentas que forman parte de las redes de amplificación de etiquetas de propaganda promovidas diariamente por el gobierno cubano, según mostró una recolección y análisis independiente de Proyecto Inventario en colaboración con Cazadores de Fake News.

El clúster de la izquierda, conformado por los grupos Rojo, Morado y Azul (total: 1073 cuentas), está conformado por cuentas cuyos operadores forman parte o están relacionados con la Misión Médica Cubana en Venezuela. Fue este grupo el principal impulsor de la etiqueta: entre las 100 cuentas que generaron mayor cantidad de interacciones con el uso de esta etiqueta, 99 forman parte de este grupo.

 

Dentro de este gran clúster resalta el subgrupo de color rojo, donde las cuentas más mencionadas fueron @CubaCooperaVen, @CubaCooperaVeB6 (Misión Médica Cubana en Barinas), @CubaCooperaVeTr (Misiones Sociales Cubanas en el Estado Trujillo) y @MinsapCuba (Ministerio de Salud Pública de la República de Cuba).

 

En el grafo se observan otros dos subgrupos específicos de la misión: el subgrupo Morado (130 cuentas vinculadas con la Misión Médica en el Estado Mérida) y Azul (83 cuentas vinculadas con la Misión Médica en el Estado Zulia).

 

Del lado derecho, el clúster amarillo (1366 cuentas), está integrado por cuentas de usuarios que tienen mayor afinidad por el contenido generado desde cuentas institucionales cubanas (@DiazCanelB, @UJCdeCuba, @alirubioglez), aunque también incluyen a cuentas que generan contenido de baja calidad —spam—, producido desde redes de amplificación de propaganda, que incluyen a cuentas que forman parte de comunidades como DeZurdaTeam, que en octubre de 2020 fuera penalizada por Twitter con el cierre de 526 de sus cuentas, por violar la Política relativa al spam y la manipulación de la plataforma.

 

E-mulación cubana viola términos de uso de Talkwalker 

 Además de las instrucciones de qué hacer en el tuitazo del 3 de junio, los mensajes filtrados de WhatsApp contenían información sobre cómo se mediría la actividad de los participantes ese día.

 

“Para esa intensa jornada no deben enviar captures [sic] ni resultados”, explicaba el texto, en referencia a lo que puede inferirse ha sido una forma de medición usada en jornadas anteriores: además de participar en público, el personal médico debe auto-vigilarse y auto-reportarse por privado a los controladores de esta actividad, aportando evidencias gráficas de qué publicaron y qué resultados tuvieron.

 

“Se hará un informe basado en las métricas que muestre el sitio TalkWalker”, continuaba la explicación, y concluía informando que se darían “reconocimientos a los estados más destacados.”

 

Talkwalker es una herramienta digital que usa un motor de inteligencia artificial para hacer “escucha social” o monitoreo y análisis de redes sociales para ayudar a sus clientes a tomar decisiones de marketing, desarrollo de marca, negocios, etc. apoyados en datos e inteligencia de mercado mejores que los de otras soluciones similares, según su sitio web oficial

Una de las páginas del informe de Talkwalker sobre el uso de #RaúlPorSiempre el 3 de junio muestra los posts que más interacciones recibieron.

Diseñada para industrias como la moda, el entretenimiento, viajes, bienes de consumo y otras, Talkwalker no solo no está pensada para la “emulación estatal cubana” implementada por la Misión Médica Cubana en Venezuela, sino que ese tipo de uso constituye una violación de sus Términos de Servicio, que prohíben expresamente usar la herramienta para “el seguimiento de individuos” y para “fines disciplinarios” (Art. 2.7). 

 

Otro de los documentos que forma parte del contrato legal entre Talkwaker y sus clientes, las Condiciones Básicas de Uso, especifican (Art. 8) que la herramienta no podrá usarse para la vigilancia de individuos ni de grupos de personas, ni para proporcionar ese tipo de información a “ninguna entidad gubernamental” ni a “servicios de inteligencia” que se crea que pudieran emplear esa información para violar la Declaración Universal de los Derechos Humanos

 

“La herramienta no podrá usarse para la vigilancia de individuos ni de grupos de personas, ni para proporcionar ese tipo de información a “ninguna entidad gubernamental” ni a “servicios de inteligencia” que se crea que pudieran emplear esa información para violar la Declaración Universal de los Derechos Humanos.”

 

Más que un peligro potencial, la violación de los derechos humanos de los cooperantes médicos cubanos por parte de las autoridades que dirigen estas misiones ha sido ampliamente documentada y denunciada por varias organizaciones internacionales, entre las que destaca Prisoners Defenders, que desde 2019 a la fecha ha obtenido más de 1.800 testimonios de víctimas que describen condiciones laborales de esclavitud moderna en misiones de 47 países entre 2002 y 2022.

 

Además de ser un servicio de pago, la obtención de una cuenta en Talkwalker no se reduce a simplemente registrarse y pagar. Sus precios no están publicados en su sitio web en planes fijos que se puedan seleccionar sin reservar un demo gratis con el equipo de ventas. En su lugar, la sección “Precios” explica que sus servicios se modelan según las necesidades y demandas del cliente, y que los interesados deberán llenar un formulario de contacto para hablar con un miembro de su equipo sobre “precios personalizados”. 

 

Varias fuentes de terceros, especialmente sitios web dedicados a hacer reseñas y comparaciones de software, reportan que el plan más barato de suscripción a Talkwalker es de $9.600 dólares al año ($800 dólares al mes). 

Fuente: G2.com
Fuente: FinancesOnline

Proyecto Inventario contactó a Talkwalker con preguntas sobre el uso de su plataforma para estos fines de vigilancia política y laboral que hace la Misión Médica Cubana en Venezuela. En el momento de hacer esta publicación, todavía no había dado ninguna respuesta.

La Misión Médica Cubana en Venezuela (izq) y el Observatorio de Gobierno Digital de la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Habana (der) tienen acceso a los servicios de la herramienta de Talkwalker Inc., compañía registrada en EE.UU., cuyo costo básico es de $9.600 dólares al año.

Tu sacrificio, tu tiempo libre y tu contraseña

En Venezuela los médicos cubanos reciben órdenes para participar en campañas en redes sociales y seguir e interactuar con las cuentas oficiales de la Misión, según dijeron a Proyecto Inventario varios ex-colaboradores cubanos que abandonaron sus contratos y escaparon de Venezuela recientemente, muchos de ellos afiliados a la organización no gubernamental Gremio Médico Cubano Libre.

 

La orden para desarrollar estas campañas parte de la dirección nacional de la Misión, a la Dirección del Estado, a los jefes del CDI, que, según el Dr. Roberto Carlos Tosca Bouzo, Especialista en Primer Grado en Estomatología General Integral, “es la cadena de mando allá para todo”.

 

El Dr. Tosca Bouzo, quien fuera miembro de la brigada médica cubana en Venezuela desde 2017 hasta abandonarla en noviembre del 2021, dijo que las campañas en redes sociales son uno de los “platos favoritos en la Misión”. A él la información sobre lo que debía hacer en el ciberespacio le llegaba a través de la Dirección del CDI y del “activista de redes sociales” que tiene cada centro, mediante un grupo de WhatsApp conformado con los integrantes del CDI. 

 

El activista de redes puede ser cualquier persona pero, según el Dr. Tosca Bouzo, generalmente es una función, muchas veces impuesta, que recae en los licenciados: “los técnicos de laboratorio, los enfermeros, los rehabilitadores”.

 

Los jefes de los CDI les piden a los cooperantes todos sus perfiles en redes sociales desde el momento en que llegan a Venezuela. “Ellos decían que una de las formas de elevar el prestigio de la Misión era escribiendo en redes sociales sobre sus logros”, dijo el Dr. Tosca Bouzo.

 

El nivel de exigencia para la “batalla ideológica” en las redes sociales llegaba hasta el punto de enviar a los informáticos ubicados en cada estado a instalar Twitter en los teléfonos de los médicos, contó otro ex-colaborador, el especialista en Rehabilitación Física Antonio García Rodríguez.

“La batalla ideológica en las redes sociales llegaba hasta el punto de enviar a los informáticos ubicados en cada estado a instalar Twitter en los teléfonos de los médicos.”

 

Algunas de las fuentes entrevistadas para esta investigación coincidieron en narrar que no solo debían entregar sus nombres de usuario en las diferentes redes sociales, sino también sus contraseñas. Al preguntarles sobre el propósito para el cual se requería ese tipo de acceso, los entrevistados no supieron explicar exactamente, solo que se trataba de una “orientación de arriba”.

 

Un ex-colaborador, quien fuera Jefe de la Comisión Disciplinaria en su CDI, y quien habló en condición de anonimato por temor a represalias contra su familia en Cuba, explicó a Proyecto Inventario detalles de esta práctica: “Era obligatorio que los colaboradores dieran sus claves de sus redes sociales de uso privado, como Facebook, Instagram, Twitter, Youtube. Pero aparte de eso, te obligaban a seguir las redes sociales [de la Misión Médica Cubana], a comentar, a participar. Es uno de los requisitos, de los puntos que se ven en la reuniones de puntualización en el CDI y las reuniones de brigadas”.  

 

“Era obligatorio que los colaboradores dieran sus claves de sus redes sociales de uso privado, como Facebook, Instagram, Twitter, Youtube.”

 

Por su cargo, él era quien  pedía a los colaboradores las contraseñas junto al Grupo de Trabajo –integrado, según dijo, por una representación del PCC en Venezuela, el Jefe del CDI y funcionarios de la UJC. “Nosotros teníamos que recoger las contraseñas y todo eso se le mandaba a las personas del estado [al que pertenece el CDI]. Ellos supervisan constantemente los comentarios que te hacen, las personas que te escriben y es una indisciplina hacer un comentario que no esté a favor de los objetivos de la Misión o que no represente los valores que tiene la Misión. Y eso causa una indisciplina grave y también expulsión de la Misión y otras complicaciones”. 

 

Con la exigencia de dar las contraseñas de las redes sociales personales, Antonio García Rodríguez tuvo una experiencia similar durante sus últimos días en Venezuela: la coordinadora del CDI le pidió que entregara su clave de Facebook “porque era el momento de dar el paso al frente”. A todos los integrantes de su CDI les hicieron el mismo requerimiento, pues era una “orientación de arriba”. Como no accedió, le pusieron una amonestación. Esta medida afectó su calificación en la emulación, y lo catalogaron como una persona con “problemas ideológicos”. 

 

“Supervisan constantemente los comentarios que te hacen, las personas que te escriben y es una indisciplina hacer un comentario que no esté a favor de los objetivos de la Misión.”

Estudiar Medicina 6 años para denunciar a Otaola a cambio de un diploma

En los CDI existe un sistema de emulación y evaluación que mide el desempeño de cada colaborador. El ex-colaborador Antonio García Rodríguez comentó a Proyecto Inventario que la participación en la “batalla ideológica” es uno de los temas medidos, que puede incluir desde interactuar en las redes sociales con las cuentas oficiales de la Misión, hasta reportar los programas en Youtube de Alexander Otaola para que bloqueen su transmisión. 

 

García Rodríguez agrega que esa calificación puede convertirse, a su vez, en una especie de reconocimiento, pues a los más destacados los dejan llevar un aire acondicionado o televisor extra en el equipaje cuando viajan a Cuba. Sin embargo, también funciona como una herramienta de chantaje: a quienes están en una posición inferior en la emulación, dijo, los amenazan con enviarlos para Cuba y ponerles “fin de misión” por no estar con los ideales del gobierno cubano.

 

“La batalla ideológica puede incluir desde interactuar en las redes sociales con las cuentas oficiales de la Misión, hasta reportar los programas en Youtube de Alexander Otaola para que bloqueen su transmisión.”

Como sugiere la captura de los mensajes de WhatsApp filtrados sobre el tuitazo de #RaúlPorSiempre, en esta emulación los más destacados reciben “reconocimientos”. Sin embargo, a diferencia de la remuneración en metálico que reciben los vecinos venezolanos que participan en campañas pro-gobierno en Venezuela como integrantes de los Tuiteros de la Patria, el reconocimiento para los cubanos es tan simbólico como un diploma.

 

Todos los ex-colaboradores entrevistados mencionaron que la premiación por la actividad dentro de la batalla ideológica en redes sociales nunca era monetaria. “Son simplemente un papel donde te ponen que fuiste el colaborador con más tuits en el tuitazo”, enfatizó el Dr. Roberto Carlos Tosca Bouzo.

Diplomas de Reconocimiento firmados por el Dr. José Antonio Machado Reyes, jefe de la Misión Médica Cubana, para los tres primeros lugares del tuitazo #RaúlPorSiempre: la Misión Médica del estado Bolívar, el colaborador Osmany Potrille Bello y la Misión Médica del estado de Lara.

Diplomas por tuitazos anteriores por temas como el 1ro de mayo o el 59 aniversario de la colaboración médica cubana otorgados a estados, al grupo y a un CDI específico.

Durante el tiempo que permaneció en la misión médica en Venezuela, Antonio García se sintió hostigado y obligado a participar en campañas de redes sociales. Cuando sentía más presión, retuiteaba contenido sobre trabajo comunitario “porque te lo comprueban, llevan una especie de base de datos”. Tenía que pagar de su propio dinero el plan de datos móviles para conectarse a internet y subirse a techos y lugares elevados para lidiar con la mala señal de la zona rural donde trabajaba en el CDI Guayabal, en el pueblo San Francisco de Asís, estado de Aragua. Para no participar no valían excusas como no tener datos móviles, porque en ese caso la orientación de los jefes era que “los demás compañeros de trabajo ayudaran compartiéndose los datos”. Si tenías pacientes el día del tuitazo “te decían que lo hicieras al salir del trabajo o en el descanso, en el almuerzo o cena”, explicó.

 

García escapó de Venezuela en julio de 2021 y hoy está esperando su proceso de asilo político en EE.UU. Ya no usa su cuenta de Twitter de esos años y se abrió otra nueva recientemente. En el momento de hacer esta publicación tenía cero tuits –ahora que nadie vigila cuánto ni qué publica. En su lugar de “activista digital obligado” han quedado otros colaboradores cubanos –suman 20.000 los profesionales cubanos de la salud en Venezuela– que desde el tuitazo de #RaúlPorSiempre a la fecha ya han tenido que impulsar más etiquetas del plan propagandístico gubernamental: #TuSangreSalva, #CumbreDeLosPueblos, #CubaPorLaPaz

¿Fuiste parte de una misión cubana en el exterior donde tuviste que participar en campañas de redes sociales? ¿Quieres compartirnos más detalles de tu experiencia? Contáctanos y ayúdanos a documentar mejor estas prácticas.

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One Reply to “#RaúlPorSiempre: Cuba utiliza cooperantes médicos en Venezuela para manipular tendencias en Twitter”

  1. Javier López Pérez dice:

    Lo que son capaces de hacer esas personas con tal de lograr su objetivo político y la masiva participación de todos los colaboradores, no tiene calificativo. Es un atropello con la moral nuestra ya que prácticamente somos obligados ha hacerlo.

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